Ayuntamiento: Plaza del Cristo, 1 (13345)
Telefono: 926 365 101
Cozar es un municipio de España, situado en el sudeste de la provincia de Ciudad Real, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha perteneciente a la comarca del Campo de Montiel. Linda al norte con Villanueva de los Infantes, a cuyo partido judicial pertenece; al sur con Torre de Juan Abad; al este con Almedina y al oeste con Torrenueva.
Extensión del Término Municipal: 64,99 km²
Población: 1.204 habitantes
Gentilicio: cozareño
Fundada probablemente durante el Califato de Córdoba, aunque existen restos de asentamientos íberos anteriores a la dominación romana. Su nombre proviene de la época árabe según afirmaban los vecinos de esta villa en las respuestas al interrogatorio del año 1575. Según este texto, Cózar sería la corrupción de ‘cazar’, que en arábigo quiere decir ‘labor del Hoyo’ o ‘labranza de la Hoya’.
El pueblo se asienta en un cerro, destacando la monumentalidad de su iglesia parroquial, que domina un caserío asentado en las laderas del mismo. Este emplazamiento determina un viario con un trazado no excesivamente irregular, pero sí con bastante pendiente en algunas calles de acceso a la plaza, núcleo generador del espacio urbano. Por el lado sur de este cerro discurre el arroyo Ansares, en cuyas márgenes se desarrollan algunas huertas.
En el paisaje hay un fuerte predominio del llano, con terrenos alomados por suaves ondulaciones, dominados por los cultivos del viñedo y el olivo, en los que abunda la caza menor.
En 1126 se produce una batalla entre almorávides y cristianos, con victoria para los primeros. En 1275 se convierte en Aldea de Montiel por decreto de la Orden de Santiago. Las fuentes antiguas consideraban a Cózar como un ‘lugar nuevo’, aduciendo que en la famosa sentencia del siglo XIII entre el Maestre de la Orden de Santiago y el Arzobispo de Toledo no aparecía ésta como aldea poblada, ni con iglesia abierta. El pertenecer a la Encomienda de Montiel no hizo sino favorecer un rápido crecimiento económico y poblacional, puesto que dicha circunscripción fue una de las más ricas de toda la provincia de Castilla, ocupando el tercer lugar tras las de Uclés y Segura de la Sierra.
Esta prosperidad experimentada en la segunda mitad del siglo XVI posibilitó que en el año 1554 la antigua aldea de Cózar se convirtiera en villa independiente, gracias a una fianza de un millón trescientos cinco mil y ocho maravedís, cantidad nada despreciable para un lugar que por entonces contaba con unos trescientos cincuenta vecinos, es decir, aproximadamente mil cuatrocientos habitantes.
Esta ermita es cuidada y atendida por los vecinos y en ella se encienden y adornan las Cruces de Mayo.
Es un edificio barroco de pequeñas dimensiones y armónicas proporciones, que desarrolla planta de cruz griega. La fábrica exterior es de mampostería en piedra moliz, con sillares dispuestos a soga y tizón en las esquinas. Una verdugada de ladrillos verticales sirve de línea de imposta, enlazando con la cámara de la cubierta.
La puerta de ingreso se abre en la fachada oriental bajo arco de medio punto, con dovelas que alternan el tono rojizo y el ocre. Sin embargo, en las jambas predomina el primero sobre éste.
En su interior hay un elaborado retablo con numerosas imágenes que custodian al Cristo patrón, como son Santa Crispina, El Nazareno y una imagen de Cristo Resucitado.
La advocación del templo es la de San Vicente Mártir, Diácono del Obispo San Valerio, a quien se consideró vencedor durante la Edad Media de todos los vicios carnales, además de dotado de las virtudes de la sabiduría, la limpieza de corazón y la constancia.
El exterior muestra un alzado uniforme, tan sólo roto por la elevación de los dos últimos cuerpos de su torre.
Una de las tradiciones más antiguas en Cózar es este juego, que sucede durante los cuatro o cinco días cercanos al 14 de septiembre, con motivo de las fiestas en honor del patrón de la localidad. Los orígenes de este juego se remontan a los siglos XIV y XV y aún se conservan dos tacillas (concavidades en el suelo), situadas en la parte posterior de la Ermita del Cristo. El juego consiste en lanzar ocho bolas a las tacillas; si el número de bolas que caen en el interior de ellas es par, gana la banca, si es impar, ganan los apostantes. Las tacillas son subastadas públicamente el día anterior al comienzo de las fiestas y el dinero recaudado es destinado a la Cofradía del Cristo, para el mantenimiento de la Ermita.